Día Mundial del Turismo, un reto compartido para el desarrollo sostenible: Colmenares

Ciudad de México.- En vísperas del Día Mundial del Turismo, David Colmenares Páramo, destacó que esta actividad económica enfrenta múltiples retos que exigen esquemas de colaboración entre los distintos órdenes de gobierno y el sector privado.

“Lograr estos propósitos significa converger en un punto de equilibrio entre crecimiento económico, desarrollo social y estabilidad medioambiental”.

El turismo es una de las actividades más representativas por su impacto transversal en la economía, pues funciona como un indicador del desarrollo de un país o ciudad. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial del Turismo, al cierre de 2024 se observa una recuperación clara después de la fuerte caída registrada en 2020, cuando los ingresos internacionales pasaron de 9.63 a 4.78 billones de dólares debido a la pandemia por Covid-19.

En México, el turismo constituye una fuente esencial de ingresos para diversas entidades. El país se ubica entre los diez principales destinos turísticos del mundo y ocupa el segundo lugar en América por el número de visitantes. Esta posición, advierte Colmenares Páramo, obliga a mantener entornos seguros, proteger el patrimonio natural y cultural, y garantizar una gestión responsable de los recursos.

Recordó que los beneficios del turismo implican también responsabilidades compartidas: “La gestión de políticas públicas en torno al turismo involucra a todos los sectores. Las grandes empresas deben cumplir con su responsabilidad fiscal y social, y en ese sentido, la fiscalización superior juega un papel clave mediante revisiones de cumplimiento y desempeño en las instituciones públicas encargadas de esta actividad”.

Colmenares señaló que los programas de promoción y atracción de visitantes deben ir acompañados de planes de preservación ambiental, sustentabilidad integral y gestión cultural. Además, resaltó que el turismo mejora las condiciones de vida en las comunidades receptoras, lo que hace indispensable enfocar políticas en empleo digno, derechos laborales y protección del entorno.

Finalmente, enfatizó que la fiscalización y evaluación de programas son funciones de primer orden para consolidar un turismo sostenible: “Uno que cuide de su entorno ambiental y que asegure rendimientos crecientes distribuidos de manera justa entre la población y, por supuesto, entre sus trabajadores”.